Llegamos
a ser una compañía tras mucho esfuerzo y compromiso, pero al principio
nos costó bastante empezar porque no todo el mundo se hacía responsable
de lo que conlleva estar en ella.
Hicimos actividades y retos para sentirnos como una compañía. Un día llegamos a clase de música, había un barreño con agua. Belén, nuestra profesora, nos repartió una piedra a cada uno. Nos explicó que si queríamos hacer este proyecto todos tendríamos que comprometernos. Así que teníamos que pensar muy bien si de verdad queríamos "mojarnos".
Después de unos minutos de reflexión decidimos que íbamos a por ello, y uno a uno fuimos depositando nuestra piedra en el barreño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario